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24 de Abril
Es necesario conocer el cuerpo, sus partes y su estado de normalidad para mantener la salud y poder identificar anomalías y cambios, esto incluye también la zona íntima. Es muy importante que cada una reconozca la apariencia normal de tu Zona V y entender cómo funcionan todas sus partes. Para esto es necesario explorar, conocer su aspecto, su color y su olor. Si quieres conocer cómo se ve una vulva normal y una vagina sana, continúa leyendo este artículo que escribimos especialmente para ti.
Cada vagina es única, pero todas tienen algunas características comunes que indican que están en su estado normal. Sin embargo, tienen algunas características comunes que expresan cierto grado de normalidad. Por lo general su apariencia varía entre tonalidades rosas y su textura es un poco húmeda por la existencia constante de microorganismos, además esta zona huele diferente al resto del cuerpo.
Para tener un cuerpo saludable, no se debe descuidar ninguna de las zonas de este. La salud de la vagina es una parte muy importante cuando hablamos del cuerpo femenino ya que esta afecta innumerables aspectos de la vida de todas las mujeres. El estado de la Zona V tiene varias implicaciones tanto a nivel físico como emocional, pues presentar problemas continuos en la vulva podría afectar la autoestima, la seguridad o incluso la vida en pareja.
Tener una vagina sana podría sonar como algo complicado, que requiere de mucho tiempo, dinero y esfuerzo. Pero la verdad es que mantener esta zona sana es más fácil de lo que muchos creen. En el día a día se pueden establecer ciertas rutinas y hábitos, como por ejemplo:
Lavarse muy bien las manos antes y después de entrar al baño: es muy importante mantener las manos limpias para prevenir infecciones.
Hacer uso de jabones adecuados: Para la zona íntima los jabones deben tener un pH ligeramente ácido como el del jabón íntimo el cual no afecte la acidez de la piel y provoque infecciones. Te recordamos que en Nosotras tenemos una línea de jabones especializados para esta zona del cuerpo, que puedes conocer en nuestro catálogo de productos.
Utilizar ropa interior de algodón: el algodón es una fibra natural que absorbe la humedad, por lo tanto ayuda a mantener esta zona fresca y libre de bacterias.
Durante los días del periodo, se debe cambiar con frecuencia la toalla o tampón: Este tiempo varía dependiendo de la cantidad y tipo de sangrado, se recomienda cambiar periódicamente cada 4 o 6 horas.
Evitar dormir con tampones, ya que pasarías demasiado tiempo con ellos puestos y puede ser peligroso para tu salud.
Al entrar al baño, limpiarse en la dirección correcta: para prevenir una infección vaginal, se debe limpiar la zona de adelante hacia atrás.
Usar protectores diarios Nosotras, que te ayudan a estar fresca todo el día ¡No olvides cambiarlos 4 veces al día!
Otras prácticas recomendadas por expertos que se deben realizar de manera esporádica y/o en momentos determinados de la vida para mantener una vulva sana, son las siguientes:
Vacunarse contra el Virus de Papiloma Humano para prevenir un cáncer.
Vacunarse contra la Hepatitis B, la cual puede transmitirse de manera sexual.
Usa preservativos para evitar varias enfermedades de transmisión sexual como por ejemplo el VIH, los herpes genitales, entre otras.
Controles periódicos con la ginecóloga.
Consultar a tiempo en caso de ver una anormalidad, en estos casos es mejor prevenir.
Es importante reconocer que no hay una vagina “normal” o “ anormal”, todas las vaginas y vulvas son únicas; nunca en el mundo habrá una que luzca igual a otra. Sin embargo, cada mujer conoce su cuerpo y sabe cuando algo está fuera de lo habitual.
Aunque cada vulva tiene su propio aspecto, se pueden enumerar múltiples síntomas de alerta, siempre teniendo en cuenta que cada parte del cuerpo tiene su manera de comunicarse. En el caso de la vulva algunas señales de que algo no anda bien pueden ser:
Sangrado vaginal después de la menopausia
Cambio de color en el flujo vaginal
Sequedad o picazón en la zona vaginal
Olores fuertes
Cambio de aspecto en la textura de la piel alrededor de la vagina
La dieta juega un papel fundamental en la salud vaginal, aunque muchas veces no la asociamos directamente. Comer bien y de manera equilibrada no solo ayuda a sentirte bien en general, sino que también afecta el balance de la microbiota vaginal, que es la que mantiene el pH en su punto y evita infecciones. También consumir alimentos ricos en probióticos, como yogur, kéfir o chucrut, puede fortalecer las defensas naturales al incrementar la población de bacterias beneficiosas como los lactobacilos.
Además, es esencial mantenerse hidratada, ya que la deshidratación puede provocar sequedad vaginal y aumentar la predisposición a infecciones. Incluir en tu dieta frutas y verduras ricas en antioxidantes y vitamina C, como cítricos, espinacas y pimientos, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a prevenir infecciones recurrentes como la candidiasis.
La vagina experimenta transformaciones a lo largo de las distintas etapas de la vida. Estos son algunos de los cambios más comunes:
Pubertad:
Aumento del flujo vaginal como señal de desarrollo.
Cambios en la textura y cantidad dependiendo del ciclo menstrual.
Embarazo:
Mayor lubricación vaginal debido a los cambios hormonales.
Sensibilidad o irritación ocasional en la zona íntima.
Menopausia:
Disminución del estrógeno que causa sequedad y pérdida de elasticidad.
Posibilidad de irritación o molestias durante las relaciones sexuales.
Recuerda: estos cambios son normales y hay muchas soluciones para adaptarte a cada etapa, como hidratantes, lubricantes o consultar con tu médico para más opciones.
Cuando notes cualquier cambio en tu Zona V, por más pequeño que sea, es muy importante que visites a una especialista en el tema. Recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar.
Las enfermedades y problemas de la Zona V son mucho más tratables si se diagnostican a tiempo y si se empiezan con las prácticas de cuidado lo más pronto posible.
En el día a día es de gran importancia establecer rutinas de autocuidado y así implementar prácticas de manera juiciosa para conservar el bienestar y mantener la salud. El cuerpo que vas a tener mañana, su estado y su salud dependen de las decisiones que se toman cada día, de los hábitos que se crean y de las rutinas que se establecen, es ahí donde radica la importancia de sacar un espacio para revisar y conocer el cuerpo de manera periódica.
La salud integral no está en manos únicamente de los expertos o especialistas en un tema, cada una debe conocerse y hacerse cargo de sí misma en la medida de lo posible, esto incluye establecer hábitos y rutinas y consultar con un especialista en el momento que lo consideres necesario.
Si no te cuidas tú, ¿entonces quién?
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