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26 de Septiembre
¿Sexo sin condón? ¡Piénsatelo dos veces! Si estás en una relación con tu pareja, amigo o “casi algo”, y no buscas quedar embarazada, recuerda que nuestra Zona V está expuesta a cualquier tipo de infección o enfermedad si no tomamos las medidas adecuadas, una de ellas y de las más comunes tanto en hombres como mujeres es la clamidia. ¿De qué se trata?, ¿cuáles son sus síntomas? ¿cómo tratarla? Sigue leyendo y descubrámoslo juntas.
La clamidia es una Infección de Transmisión Sexual (ITS) que puede afectar algunos de nuestros órganos reproductores a largo plazo. Generalmente, los síntomas son silenciosos al inicio, por lo que asistir juiciosas a nuestros controles con la ginecóloga es clave para detectar no solo esta, sino cualquier condición a tiempo. Es una de las ITS más comunes que existen en el mundo, y afecta principalmente a mujeres de 15 a 24 años.
La clamidia se contagia a través del contacto íntimo con otra persona, ya sea mediante el sexo oral, vaginal o anal, pues son bacterias que tienen todas las formas posibles de entrar en nuestro cuerpo si alguno de los dos ya está contagiado. No es necesario que suceda la eyaculación para contraerla, así que si no tenemos precaución puede contagiarse tan fácil como una gripe.
Algo que tampoco sabíamos es que si una mujer está embarazada también puede transmitir esta infección a su bebé ¡sin querer! La clamidia podría llegar a afectar la salud de la mamá y del pequeño en camino. En estos casos, seguir la instrucción de un especialista y mantenerte bien informada es clave.
Como te lo comentamos, a veces los síntomas suelen demorarse en aparecer, semanas o incluso meses, pero, si eres mujer ¡ten presente los siguientes signos!
Secreciones vaginales anormales, pueden ser de un color amarillento y tener un olor demasiado fuerte
Ardor o dolor al orinar
Aumento en la frecuencia de idas al baño a orinar
Sensación incómoda o dolor durante las relaciones sexuales, con posible sangrado
Dolor en la zona baja del abdomen
Mantente alerta a cualquier cambio inusual en tu cuerpo o con tu Zona V. Hazte revisar inmediatamente para que puedas estar más tranquila e informada.
Que no se te haga extraño si tu médico o ginecóloga comienza a hacerte muchas preguntas, es normal que quiera saber sobre tu historia clínica y vida sexual, ya que a partir de tus respuestas él o ella podrá determinar si es posible que se trate de clamidia. Debes tener en cuenta que tu método anticonceptivo, tanto como tu número de parejas sexuales podrán ser determinantes al momento del diagnóstico.
Otras pruebas pueden incluir análisis de orina o muestras del cuello uterino a través de un hisopo.
Recuerda que no necesitas tener estos síntomas para hacerte una prueba de clamidia, ya que idealmente, si llevas una vida sexual activa y placentera, lo mejor es que te hagas una prueba anual, ¡anótalo en tu agenda!
Aunque a veces los síntomas de la clamidia no sean notorios o parezcan inofensivos, debes saber que si esta infección no es tratada a tiempo, posiblemente, puedas presentar problemas para quedar embarazada. Algunos de estos daños en nuestro aparato reproductor no tienen vuelta atrás, por lo que debes seguir al pie de la letra el tratamiento que te indicará tu especialista. La clamidia también puede hacernos más susceptibles a otras ITS o Enfermedades de Transmisión Sexual como el VIH.
¡Lupa a esto! Las infecciones por clamidia también pueden aumentar las probabilidades de un embarazo ectópico, que sucede cuando el óvulo fecundado se implanta fuera del útero y comienza a crecer dañando algunos de nuestros órganos.