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30 de Agosto
La conexión de los seres humanos y de la vida en la tierra en general con los astros, es un fenómeno que se lleva observando hace cientos y miles de años, y lo podemos evidenciar con hechos tan simples como que todos los planetas llevan nombres de dioses romanos. Las civilizaciones antiguas se guiaban por los astros para establecer sus viviendas, para realizar cultivos y para nombrar muchas cosas que hoy conocemos, por ejemplo la menstruación, que viene del griego mén (mes) y mene (luna).
Como vemos en el origen de la palabra, la relación de la menstruación con la luna no es algo nuevo ni que se esté hablando desde hace poco, es una conexión profunda que se ha observado desde hace mucho tiempo, principalmente por su naturaleza cíclica. La menstruación, al igual que la luna, pasa por 4 fases que se reparten a lo largo de 28 días, relacionándose entre sí y teniendo cada una cierta energía poderosa que se puede aprovechar a nuestro favor.
Cuando sabemos cuánto tiempo dura nuestro ciclo, cuánto nos dura cada fase y cómo nos sentimos en cada una de ellas, sin duda alguna tendremos una mejor relación con nuestra menstruación, pues empezaremos a tener mayor conexión con nuestro ciclo y dejaremos a un lado las ideas o sentimientos negativos que generalmente asociamos al periodo.
Y no solo vamos a mejorar nuestra relación con la menstruación sino también con la madre tierra, pues entendernos como un solo ser nos ayudará a entrar en una conexión profunda con nosotras mismas y a estar en armonía con el universo. Crearemos una energía tan poderosa que la podemos aprovechar para hacer diferentes rituales.
Un ritual es un momento especial al cual le dedicas cierto tiempo y espacio para manifestar un deseo de tu interior, ya sea pedir, agradecer o lo que se te ocurra. Por ejemplo, escribir tus propósitos de año nuevo es un ritual que aprovecha la energía de una nueva vuelta al sol.
El inicio de un nuevo ciclo menstrual puede ser bastante simbólico y brindar la energía necesaria para comenzar otros ciclos, por eso, es el momento perfecto para manifestar tus propósitos, y para esto no hay una sola manera de hacerlo. Puedes relajarte, encender un incienso o una vela aromática, poner una música que te haga vibrar alto y comenzar a escribir esos sueños que están en tu cabeza. Luego, este papel lo puedes guardar, lo puedes sembrar con una planta o lo puedes poner en un lugar donde lo veas todos los días, lo importante es que lo que escribas, lo escribas creyendo profundamente que sí va a suceder y trabajes por ello.
Nuestras abuelas y las mujeres que venían mucho antes de ellas tenían una conciencia muy profunda de la relación del ciclo menstrual con la naturaleza, donde la menstruación no tenía tabú, sino poder y empoderamiento, por eso existe un ritual ancestral que consiste en diluir un poco de sangre menstrual en agua para regar nuestras plantas. Este ritual es beneficioso para las plantas debido a los nutrientes que contiene la sangre como el nitrógeno, que ayuda en la producción de hojas y a mantener el color verde, el fósforo, que ayuda a crecer nuevas raíces y producir semillas, frutos y flores, y potasio, que desarrolla tallos fuertes. Además, es una manera de seguir profundizando nuestra conexión con la tierra y la naturaleza.
Así como el inicio del periodo se puede aprovechar para abrir nuevos ciclos, el final del periodo se puede usar para cerrarlos de una manera muy similar. Crea un ambiente que te haga sentir paz y tranquilidad, pero en este caso escribirás las cosas que agradeces, las que aprendiste y las que no quieres repetir, y al finalizar, lo puedes quemar.
En conclusión, la menstruación es natural, poderosa y hace parte de nuestra naturaleza femenina. Entender esto hace que nuestra relación con ella sea mucho más positiva y por eso no hay nada mejor que aprender a disfrutarla y sacarle el máximo provecho con los rituales que mencionamos. ¿Tu relación con la menstruación es positiva o negativa? ¿Ya habías pensado en esa conexión con la luna? ¡Cuéntanos en los comentarios y conversemos un rato!
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